Por Carlos Rodríguez
El tribunal que condenó a prisión perpetua a los hermanos Alan y William Schlenker, como instigadores del crimen del hincha del club River Plate Gonzalo Acro, en el año 2007, consideró en los fundamentos del fallo que se trató de un hecho que fue “planificado”, que se concretó en el marco de “disputas internas de la barra brava” de la institución y que tuvo por objetivo impedir que la víctima se convirtiera en “el jefe de la hinchada”. Al justificar la condena por instigación que recayó sobre los hermanos Schlenker, el Tribunal Oral 15 recalcó que en el juicio quedó “establecido que la barra brava” de River, “como suele ocurrir con cualquier grupo de este tenor, tenía una organización jerárquica y fuertemente vertical”. En ese marco, se “estableció, además, que en la cúspide de esa organización estaban, al momento del homicidio de Acro, Alan Schlenker y, en un papel secundario respecto de él, su hermano William”. La argumentación de la condena se conoció recién ayer. El fallo hace un relato pormenorizado de los hechos, que ocupa 1139 páginas.
En el texto, al que accedió Página/12, se consideró probado que los disparos mortales contra Acro los hizo Ariel “Colo” Luna y que con él se encontraban, cuanto menos, Rubén “Oveja” Pintos y Pablo “Cuca” Girón. Todos ellos recibieron también la pena máxima. Los jueces dijeron, además, que Martín “Pluto” Lococo, condenado a diez años de cárcel, también fue instigador del crimen, aunque lo consideraron “partícipe secundario”. Los jueces Héctor Grieben y Hugo Decaría, por mayoría, resolvieron que Lococo y los hermanos Schlenker deben permanecer en libertad hasta que la sentencia quede firme, mientras que su colega Javier Anzóategui opinó que debían quedar detenidos en razón de la gravedad de la condena. Los condenados en primera instancia tienen prohibido salir del país.
El tribunal señaló que sus integrantes no tienen “duda alguna de que Martín Gonzalo Acro fue asesinado por disputas internas de la barra brava de River Plate” y que “nadie durante el juicio ha mencionado alguna hipótesis distinta”. La existencia del enfrentamiento fue admitida por los hermanos Schlenker y por Lococo en las indagatorias, “en el video filmado en España por Ariel Alberto Luna (el Colo), y en el reportaje concedido por Pablo Alfredo Girón (otro miembro de la barra) al periodista Gustavo Grabia”.
Para los camaristas, el crimen se produjo a partir de una serie de enfrentamientos, luego de los incidentes que se conocieron, a nivel de la prensa, como la “Batalla de los Quinchos” y el “Ataque del Playón”. Esto provocó que la barra se dividiera en dos facciones, una liderada por los Schlenker y la otra por Adrián Rousseau, cuyo segundo era Acro. En el juicio se hicieron varias referencias a la existencia de una pelea, mano a mano, entre Acro y William Schlenker que el primero habría ganado y que el segundo negó durante el proceso. Los jueces consideraron que eso es anecdótico y que “lo relevante de esas peleas son las consecuencias”. La más grave fue el asesinato de Acro.
Los jueces sostuvieron en su fallo que Acro “resultó muerto tras recibir tres disparos de arma de fuego, dos de ellos en la cabeza y uno en la pierna izquierda, y que Gastón Osvaldo Matera (en el mismo episodio) fue herido en su espalda, cuando escapaba de la emboscada”, el 7 de agosto de 2007 en Bauness y Cullen, de la Capital Federal. La circunstancia relatada “permite descartar de plano la versión de Ariel Alberto Luna –expuesta en forma explícita en el video aportado por la defensa de Alan Schlenker, y sugerida en su declaración indagatoria–, relativa a que los disparos habrían sido realizados en el marco de un forcejeo con Acro y con Matera, y que se habrían producido en forma accidental”.
Sobre la forma en que murió Acro, los jueces insistieron en que recibió “dos disparos de arma de fuego en la zona encefálica, uno de los cuales le provocó la muerte, y Osvaldo Gastón Matera recibió dos disparos en la espalda”. Frente a esa realidad, “la afirmación de que los nombrados no han tenido la intención de matar” a sus oponentes “parece contradecir el curso natural de las cosas y las reglas de la experiencia y de la lógica”. La muerte de Acro ocurrió el 9 de agosto, luego de 48 horas de agonía.
Los jueces dijeron que Alan Schlenker era el líder de la llamada “Banda de Palermo”, a la que los acusados negaron haber pertenecido, y que el 20 de julio de 2007 todos se reunieron para festejar el Día del Amigo. Para el tribunal, el ataque a la facción contraria se venía preparando “desde varios días antes”. Se citaron, con lujo de detalles, reuniones en Don Torcuato, además de una “visita” que hicieron a la casa de Rousseau, para amenazarlo. “El golpe final lo darían el día siguiente y tendría por objeto matar a Gonzalo Acro, en tanto resultaba ser la persona llamada a comandar a la barra brava de River Plate”, dijeron los jueces. Una de las pruebas centrales fue el entrecruzamiento de llamados entre los aparatos de radio Nextel de los imputados.